Guipuzcoana de nacimiento y corazón, con raíces castellanas y extremeñas, familia del campo, de la artesanía y de los cuidados. Escenarios que para mi tienen mucho valor, en mi vida personal y profesional.
La naturaleza me ha dado y sigue dando cobijo en multitud de ocasiones donde poder volver a casa, regular mi pulso, confiar en mis recursos.
La artesanía me devuelve el sentido de lo instintivo, lo salvaje y lo creativo para que las ideas encuentren materia, expresión y color.
Los cuidados me muestran la dignidad, me susurran amor en cada poro y me invitan a salir de aquellos lugares donde no lo hay.
Por lo que la duda entre si estudiar Psicología o Bellas Artes estaba servida. Me decanté porlo primero, cumpliéndose a día de hoy 20 años desde que tomé esa retadora decisión donde le ha seguido un apasionante camino de formaciones, viajes, práctica clínica, supervisiones y mucho autodescubirmiento.
¿Y el arte? Lo que en su momento parecía una renuncia, reapareció tiempo después interseccionándose con la psicología y mi propia forma de comprenderla. Y esto fue gracias al encuentro con el cuerpo y la somática femenina. Esta mirada ha logrado unir estos dos campos tan nutritivos para mí mostrándome la apasionante y compleja obra de arte que es la especie humana.
Así, desde la comprensión de la embriología dinámica, la creación de nuestras estructuras corporales, las relaciones objetales como mecanismos de regulación de nuestros afectos, hasta el sentido de vida y trascendencia han acompañado mi trayectoria formativa. (Biosíntesis, Biodinámica, Psicodinámica Somática y Apego, Modelo Relacional Neuroafectivo para la Integración del Trauma, entre las más relevantes).
Y durante ese tiempo, he ido encontrándome con algo que como Psicoterapeuta Corporal y mujer no había visto en ningún manual ni escuela: nuestra Psicología Cíclica.
¿What?
Así que me puse a investigar en y con mi cuerpo mi realidad Cíclica. Y aluciné. Volvió a surgir el arte. Me ha traído mucha más comprensión sobre cómo nuestra psicología y fisiología funciona como funciona siendo mujeres, entender que hay procesos naturales que nuestra sociedad tiende a patologizar sólo por el hecho de ser mujeres nacidas y socializadas en entornos mayoritariamente lineales y masculinizados. Esta comprensión trasciende al consultorio, y he ido viendo como esta mirada desmonta la idea de “soy una loca histérica” creando esta otra “ahora me comprendo y puedo cuidar mejor de mi y mis relaciones sin castrar mi fuerza vital”.
Psicología, Cuerpo y Ciclo. Tres territorios que siento que he podido destilar y hacer míos gracias a lo que mi linaje me dió en herencia.
Creando mi propio proyecto y reenamorándome cada vez más de esta hermosa y dura profesión.
Así, decido parir a Psicología Cíclica, un paraguas que pretende acoger los diferentes proyectos que atraviesa: la Psicoterapia, las Formaciones, las Mentorías y las Supervisiones para profesionales.
Bienvenida.